Pese a que pudiera parecer que delitos como la pederastia acechan con mayor peligro, el mayor riesgo para los menores en la red es el ciberbullying, según Parry Aftab, abogada especializada en la protección de la infancia en el ciberespacio.
Aftab dirige la mayor red mundial de protección de la infancia en Internet, Wiredsafety.org. Ha publicado en España Internet con los menores riesgos, una guía práctica para los padres, editada con la colaboración de PantallasAmigas , la Fundació Catalana del l’Esplai y la Fundación Edex.
Parry Aftab destaca lo corriente del ciberacoso entre los menores: “Los chicos se hacen hacking entre sí todo el tiempo (…) Se envían troyanos, virus, spam, o se hacen pasar por su hermano en la mensajería instantánea. Muchos padres comparten con sus hijos el ordenador, donde guardan los números de las cuentas bancarias o las tarjetas de crédito”.
Aftab muestra las peculiaridades del ciberbullying que hacen de este fenómeno algo bastante diferente al clásico acoso: “En Internet, puedes ser pequeño y acosar al gigante de la clase porque dominas la tecnología, hackear su ordenador, enviarle spam, robarle la contraseña y acceder a su correo, amenazarle de muerte o colgar una página con su cabeza en una foto pornográfica”.
Hay varios tipos de acosadores, según Aftab. “El ángel vengador, normalmente chico, es anónimo y sus víctimas son habitualmente acosadores. Deciden convertirse en los Robin Hood del ciberespacio; el hambriento de poder no es anónimo y quiere que sepas que puede hacerte daño; la chica mezquina, aunque no siempre chica, va en grupo, quiere que todo el mundo sepa quién es en la vida real y qué es capaz de hacer”.
El miedo que la víctima de ciberbullying siente por lo que le ocurre, hace que no se comunique, pues teme la reacción de los mayores.. Aftab cree que lo mejor es ganarse la confianza de sus hijos: “Les deben decir que no respondan a los ataques, que no le den al acosador el poder que no tiene, y también enviar un mensaje al responsable técnico de las páginas para avisarle de los contenidos falsos para que la eliminen. Y las escuelas deberían adoptar programas educativos para que los niños sean ciberciudadanos”.
Fuente: El País